¿La gente sigue viendo la televisión?
A medida que pasamos de los libros físicos a los lectores electrónicos, de los discos a las plataformas de streaming, de las casas de apuestas de la vieja escuela a betano app, dejamos atrás cosas que ya no son convenientes ni útiles. El avance de la tecnología, en particular en cuanto a los medios y herramientas de comunicación masiva, ha hecho que algunos medios tradicionales, como la prensa y la radio, vayan perdiendo cada vez más espacios ante alternativas mucho más sofisticadas y con ventajas varias como los Podcast y redes sociales, si bien la radio nunca muere, los periódicos en su tiraje físico, sí se han reducido en muchos países.
En cuanto a la televisión, las grandes plataformas de streaming, los portales digitales, las aplicaciones, le han quitado bastante espacio a quien en un momento fue el gran protagonista del entretenimiento en casa, sin embargo, la televisión sigue siendo un elemento poderoso en la comunicación y entre los medios más vistos. Tanto así, que sigue generando grandes ingresos y atrayendo a millones de televidentes cada día.
Veamos cuáles son las razones y elementos por los que hoy día la gente sigue viendo televisión.
Viejas series y películas
Aun cuando las grandes plataformas como Netflix, han hecho un gigantesco esfuerzo e inversión, conseguido los derechos de la series más populares de todos los tiempos como El Príncipe del Rap, Friends, entre otras, nunca podrán abarcar la diversidad de series que se siguen transmitiendo en los miles de canales de televisión.
La transmisión de viejas películas hacen que la balanza se incline aún más a favor de la televisión, pero también tenemos la transmisión de deportes dentro del ámbito de un país, las ligas de béisbol local o fútbol, no son encuentros o campeonatos particularmente atractivas para las cadenas de streaming (a excepción de la liga española, inglesa…), por lo cual la televisión nacional se fortalece con millones de seguidores de estos equipos y sus estrellas.
Programas de opinión o temática local
Este es un elemento que fortalece a la radio y la televisión. Las grandes cadenas de streaming o aplicaciones, por lo regular no se vinculan a la transmisión de programas locales que tengan que ver con política, temáticas locales, y esta área siempre tendrá seguidores.
La espiral del rating local y la publicidad
Todo lo anterior repercute en este poderoso elemento. Si alguien crea una tienda local en una ciudad o región y quiere atraer a los habitantes de dicha zona, necesariamente tendrá que publicar su publicidad en canales locales de televisión, lo cual alimenta dicha industria, permitiéndole generar más programas locales, lo cual atrae más rating, lo cual le garantiza más pautas publicitarias y así sucesivamente en una espiral que permite que dicha industria no sólo subsista, sino que mejore día a día.
La fuerza de la tradición
Por más que avance la tecnología, hay tradiciones que son difíciles de romper, mirar la telenovela después del descanso del mediodía o al llegar del trabajo en la tarde, es algo que se repite en millones de hogares de todo el mundo.
Marcas nacionales de la televisión
Este es otro elemento poderoso, prácticamente imposible de superar al mirar la resistencia de la televisión ante las nuevas tecnologías, estamos hablando de programas o realities que terminan volviéndose una marca propia en la televisión. Como ejemplos tenemos algunos programas ya constituidos en parte de la tradición mediática de un país, como lo es “El Hormiguero” o “Pasapalabra”, en España, el mejor ejemplo de programas de concursos en español que han llegado a la cima, pero que también vemos en otros países, en otros idiomas y modalidades pero siempre constituyéndose en parte clave de la tradición familiar del día a día.
Como podemos ver, la televisión sigue siendo un factor importante del entretenimiento en casa, y una industria que sigue teniendo mucho que dar para mejorar nuestras vidas. Aunque la sociedad cada vez consume más plataformas de streaming, la televisión no desaparecerá, aunque es probable que cada vez se consuma menos en directo y más en diferido.